España ya considera los videojuegos patrimonio cultural nacional por ley. La Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados ha aprobado una reforma que incluye estas creaciones digitales y obliga a la Biblioteca Nacional a conservar al menos una copia digital de cada videojuego, y otra física si la hubiera. Hablamos con la profesora Marta Fernández Ruiz, coordinadora de los grados en Diseño y Desarrollo de Videojuegos del CITM, para que nos ayude a valorar el impacto de esta noticia para el sector.
“Los videojuegos, a través de su capa audiovisual, de sus mecánicas y de las experiencias que emergen de la participación del jugador, ofrecen información de gran valor sobre nuestra historia y herencia cultural, al tiempo que conforman una importante fuente de identidad y creatividad”, afirma Marta Fernández.
Marta, que además de coordinadora de los grados en videojuegos del CITM es doctora en Diseño de la Interacción y Game Studies por la Universidad Carlos III de Madrid, añade que es “lógico y esencial” que el videojuego forme parte del patrimonio cultural nacional. “Es un paso necesario para que la ciudadanía en general, y desarrolladores/as, diseñadores/as y artistas en particular puedan recordar lo que otros creadores hicieron en el pasado”, concluye.
El depósito legal es una obligación impuesta por ley para que los autores y editores depositen en los entes públicos de conservación correspondientes ejemplares de sus creaciones. Su objetivo es recopilar y preservar el patrimonio cultural e intelectual del país y ponerlo a disposición de los ciudadanos. Hasta ahora eran objeto de depósito legal todas las obras bibliográficas, sonoras, visuales, audiovisuales y digitales producidas o editadas en España. A partir de ahora también lo serán por ley los videojuegos como creaciones audiovisuales y digitales de un valor cada vez más creciente en nuestra sociedad.