En la ciudad de Linz (Austria) tiene lugar el Festival Ars Electronica, concretamente en el Ars Electronica Center. En este emblemático espacio del futuro, 100 estudiantes de universidades de todo el mundo han sido elegidos para participar activamente en esta cita, bajo el nombre Ars Electrónica «Studying (in) the Future». Quieren repensar la Universidad del futuro juntando arte, creatividad, conocimiento y tecnología.
Del 4 al 19 de septiembre, y después de realizar sus respectivos workshops, los participantes deberán condensar el aprendizaje en un proyecto final que presentarán al final de su estancia.
Marc Gálvez, graduado el pasado curso 2020-2021 en Diseño y Desarrollo de Videojuegos por el CITM, ha sido uno de los afortunados jóvenes seleccionados para vivir esta enriquecedora experiencia. Actualmente trabaja en la misma empresa donde hizo sus prácticas cuando era estudiante del Centro de la Imagen y la Tecnología Multimedia, el Espronceda Institut for Art & Culture, una empresa de arte contemporáneo. Marc aporta un plus de tecnología y creatividad a los diferentes artistas que realizan instalaciones en su sede.
Espronceda también es una de las empresas que colabora en el Ars Electronica. De hecho, ellos mismos lo propusieron para que participara en el festival. Tras presentar un vídeo a la organización con su perfil e intereses, la directora del Festival decidió seleccionarlo entre los participantes, 100 jóvenes provenientes de más de 40 países.
Hemos tenido la oportunidad de hablar directamente con Marc en su tercer día en la ciudad de Linz. Estas son sus impresiones.
- ¿Cómo es que desde Espronceda deciden seleccionarte para esta edición de Ars Electronica?
Desde Espronceda quieren que yo adquiera nuevos conocimientos. Estoy junto a muchos artistas y ven la necesidad de que tenga una visión de futuro. Es importante que pueda aplicar estos conocimientos en la práctica diaria de mi trabajo, sobre todo, con las actividades que desarrollo. Uno de mis retos en la empresa es apoyar a los diferentes artistas que están trabajando directamente con Espronceda y se encuentran instalando sus obras o perfomances. Les facilito apoyo tecnológico y creativo. Participar en el Ars Electronica me dará nuevas miradas y también la gran oportunidad para hacer nuevos contactos profesionales, y hacer que muchos de los compañeros que estoy contactando aquí en Linz, quizás puedan colaborar con Espronceda en un futuro.
- ¿Qué haces concretamente en este Festival y cuál es tu objetivo?
Somos 100 personas, 80 en presencial y 20 en línea. Venimos seleccionados directamente de 40 países diferentes, repartidos por todo el mundo. Mi objetivo, como el de todos los seleccionados, es acabar haciendo una presentación el 19 de septiembre con todo el conocimiento que hemos estado adquiriendo estos días. Y, por supuesto, disfrutar y aprender de todo lo que se hace aquí, que es muy espectacular.
Debemos desarrollar un proyecto, del que nadie sabe cuál es el objetivo final. No quieren poner ningún tipo de presión. Ahora mismo nos están explicando nuevos conocimientos y haciendo visitas guiadas a empresas, instituciones, además de los workshops diarios. Con toda esta información, tendremos construir la presentación final, un proyecto.
- ¿Qué tipo de proyectos?
En mi caso, estoy en el grupo de Drones y nos centramos en el comportamiento de las abejas y sus enjambres. Este es uno de los 5 workshops que podíamos escoger, todos relacionados con tecnología y arte. Antes de la presentación final tenemos que hacer un simulacro entre nosotros para poder prever y tener claro el enfoque. Finalmente, haremos una presentación en Linz abierta a toda la gente que pueda estar interesada. Tenemos 13 días para desarrollarlo. Ahora estamos en la fase de descubrir el funcionamiento de los drones, desde el Future–Lab, un lugar guapísimo donde hay una presentación de lo realizado durante estos últimos años.
- ¿Cómo se trabaja la interacción entre los diferentes seleccionados? ¿Hacéis actividades conjuntas?
Es impresionante ver el esfuerzo que desde la organización hacen para que todos los que estamos aquí nos entendamos perfectamente y encajemos, por eso realizamos muchas sesiones conjuntas. Desde Ars Electronica quieren que cocreemos un proyecto, y para que esto funcione antes que nada debe surgir un feeling entre todos los participantes de los diferentes equipos. Nos llevan a comer y cenar a sitios muy espectaculares para que podamos disfrutar de las diferentes experiencias. Hay que decir que nos están cuidando muchísimo y ya en los tres días que llevamos hay muy buen rollo entre todos.
Hicimos una práctica que se llama el Código de la Cocreación. Los 100 participantes nos pusimos a trabajar con la herramienta online Miro, que es como una gran pizarra donde cada uno dijo cómo sería su cocreación ideal. Yo puse que sería bueno utilizar las metodologías ágiles que he aprendido en el CITM. De todo lo que fue saliendo, fuimos filtrando hasta dejar un contenido que es como la Biblia perfecta para la cocreación.
- ¿Cómo vives el día a día de esta experiencia?
Por la mañana nos levantamos muy pronto y nos gusta salir a caminar. Después vamos a la universidad, nos hacemos el test Covid y, mientras esperamos el resultado, desayunamos. Una vez desayunados, empezamos con los workshops, visitas, etc. A continuación, comemos, y por la tarde hacemos más workshops hasta la hora de ir a cenar. Y después, libres.
La organización es impecable, no nos falta nada de nada, tenemos una vivienda para cada uno de nosotros, estamos en medio de un bosque enorme y rodeados de montañas. Hay una mezcla de edificios nuevos y antiguos. De hecho, este fin de semana tenemos una fiesta con un DJ, dentro de una iglesia.
Se nota que el Gobierno cree en la educación como una herramienta potente para el futuro, ya que invierte mucho en ello.
- ¿Cómo definirías esta experiencia de Ars Electronica?
Ars Electrónica se define como un ecosistema, es decir, no se considera una escuela ni se considera una universidad. En este ecosistema conviven la sociedad, el arte y el conocimiento, un cóctel complementario donde se crean sinergias muy interesantes, las que genera la misma tecnología al juntarla con la creatividad de los diferentes participantes.
De hecho, al mismo tiempo que se realiza el festival de Ars Electronica en Austria, la organización tiene sus propios Gardens, es decir eventos para integrar arte, creatividad y tecnología en diferentes ciudades del mundo, con exposiciones, conciertos, perfomances y mucha innovación. En este sentido, la ciudad de Linz es el epicentro de una red creativa formada por el conjunto de ciudades que, a través de los Gardens, participan de forma remota en el festival.
Por segundo año consecutivo Barcelona también es una de las subsedes del Ars Electronica Festival, la cita más importante del mundo sobre creación electrónica y sinergias entre arte, tecnología, ciencia y sociedad, y que celebra su 42.ª edición en más de cien ciudades del mundo, entre el 8 y el 12 de septiembre. El Garden Barcelona se desarrollará principalmente en el Canòdrom y en el Espronceda Institute of Art & Culture, donde se mostrará la obra inédita de 24 artistas (Antoni Abad, Anaisa Franco, Esther Rodríguez-Barbero o el grupo Estampa, entre otros) creada en su residencia, tras un concurso público y basada en recursos digitales y analógicos. La obra de estos artistas toma la idea de la interdependencia humana como eje. Un trabajo donde también colabora, en este caso desde Linz, Marc Gálvez.
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